Colombia ha vivido un espiral de violencia en sus más de dos siglos de existencia como República,. Sin embargo desde la década de los cuarenta se hace visible más aun su ferocidad. Según los datos del Centro Nacional de Memoria Histórica, la violencia del conflicto armado no ha sido homogénea ni constante. De una tendencia decreciente entre 1958 y 1964, marcada por la transición de la violencia a la subversiva, se pasó a una violencia baja y estable entre 1965 y 1981. Esta violencia estuvo marcada por la irrupción de las guerrillas y su confrontación con el Estado. Posteriormente, entre 1982 y 1995, continuó una tendencia creciente marcada por la expansión de las guerrillas, la irrupción de los grupos paramilitares, la propagación del narcotráfico, las reformas democráticas y la crisis del Estado, entre 1996 y 2002, conflicto armado alcanzó su nivel más crítico como consecuencia del fortalecimiento militar de las guerrillas, la expansión nacional de los grupos paramilitares, la crisis del Estado, la crisis económica, la re configuración del narcotráfico y su re acomodamiento dentro de las coordenadas del conflicto armado. Esta tendencia fue sucedida por una etapa decreciente que va desde el año 2003 hasta cuando la iniciativa del proceso de paz de Juan Manuel Santos lleva a la firma de la Paz con la guerrilla de las FARC en el 2017.